Los niños jugaban con un grifo de agua,
se veían muy felices, cantaban y se ensuciaban.
Mi camino siguió por la calsada,
hasta que llegué a una casa, estaba oscura y sucia.
Me asomé por una ventana y vi mí reflejo en ella.
En ese minuto supe que esa fue mi vida.
Esos niños fueron mi infancia y el largo trayecto
me llevó por la miseria, hasta encontrarme con mi
destino insólito... la soledad.
Génesis Bravo.
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